sábado, 19 de marzo de 2011

Ramona.

Ramona. Era una chica extravagante y muy risueña. Siempre le habían gustado las cosas extrañas y un poco alocadas. Le encantaba llevar el pelo de rojo, aunque fuera rubia. Adoraba las noches estrelladas, y estar bajo ellas. Era demasiado simple, tanto... que a veces la tomaban por una de las personas más complicadas que jamás habían conocido. Pero ella sabía, que la gente se equivocaba; como ella lo hacía.

Por algún extraño motivo, no soportaba las relaciones sanas. Todas las que tenía, acababn mal.. y siempre por su culpa. Y eso, la hería en los más hondo de su ser. Ella no quería herir a nadie, ¿por qué lo iba a querer? Además, ¿por qué la gente no la entendía? ¿Por qué no comprendía, que fuese tan difícil olvidar a su primer auténtico amor? Ella sabía y era consciente de todo el daño que le había inflingido, pero no era su culpa. No podía evitar pensar en él, por mucho que estuviera con otros hombres. Y eso le hacía sentir vulnerable y dolida. Le hacía sentirse como una niña pequeña egoísta y sin corazón. Y sentía haberle hecho tanto daño, a él; a ese chico que se había fijado en ella, que intentaba que siempre sonrierá... lo sentía, pero ella no quería haberle herido de esa forma. Auqnue no lo pudiese evitar.

¡Ramona, oh, Ramona! ¿Por qué te cuesta tanto olvidar?

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