sábado, 7 de abril de 2012

¿No se supone que eras un gatito?

Era una tarde de primavera, que perfectamente podría hacerse pasar por una de invierno. El cielo amenazaba con dejar caer una inmensa y descomunal cantidad de agua, parecía que la madre naturaleza no estaba para nada contenta con aquel pobre día de primavera; quería hacerle sufrir un poco más. Juliette iba tranquila, sin darle mucha importancia a esas nubes grises que decoraban el cielo azul.

Una vez que llego al lugar de encuentro, se encontró a todos sus compañeros refugiados bajo el porche de aquel colegio. Ella se sonrió un tanto extrañada; y se quitó los cascos.

-¿Qué hacéis ahí?-

-Refugiándonos, ¿te apetece jugar a las cartas?- dijo Eva.

-Por supuesto.-

Las cartas iban deslizándose por el suelo hasta su propietario, y los típicos problemas hicieron su aparición: a Héctor se le veían, Apple no conseguía las que ella quería, Alex no quería jugar y, junto a Borja, bromeaban y decían en alto las cartas que el segundo tenía. Al cabo de unas vueltas, llegaron el resto. Cuando se pusieron a saludarse, Juliette vio a alguien que no pegaba ahí.

Él tenía los ojos verdes, y su pelo lila estaba decorado con un oscuro sombrero, que hacía juego tanto con sus botas, como con el resto de ropa. Ella no pudo dejar de mirarlo y le sonrió.

-Dave, ¿qué haces aquí?-

-Vengo a hacer una sustitución- sonrió- ¿y tú? ¿No se supone que eras un gatito?-

-Si, pero como voy a morir igualmente, tengo que disfrutar mis últimos días, ¿o me piensas salvar tu?-

-Sabes que si pudiera lo haría; pero estabas en el momento y en lugar equivocado.-

-Dejad de hablar, que vamos a empezar ya el ensayo- dijo Borja al fondo del pasillo.

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