sábado, 6 de marzo de 2010

Mal presentimiento.

Julia, se sentia jodidamente mal, por todo lo que estaba pasando en la vida de Adam, de alguna manera, creía que era la responsable de todos aquellos problemas; y estaba a punto de estallar. Pero, ¿por qué motivo? ¿Acaso, seguía sintiendo ese estúpido sentimiento hacía él? ¿Hacía el chico, que estaba enamorado de su mejor amiga?

Su mejor amiga... aquella chica, que había sufrido un accidente. Esa amiga, que había pasado horas y horas en el teléfono, escuchando sus problemas, hablando de tonterías, y gastando bromas. Eva, la que la abrazaba, cuando todo le iba mal, la que nunca le había rechazado un solo capricho... la que pasara lo que pasase, siempre estaba a su lado.

Pero aún así, Eva, le había dicho, que le daba igual si le gustaba Adam, pues la ayudaría. Y cuando dijo eso, ella estaba sonriendo, ocultando su dolor, escondiendo sus sentimientos en lo mas profundo de su ser, con cadenas y cerrojos.

¿Cómo le podía haber hecho eso, a la persona que más quería?


Adam, había decido que era hora de actuar. El momento, en el que haría recordar a Eva, todos esos sentimientos, lugares, recuerdos, experiencias, alegrías, besos, abrazos... TODO.

Aunque, contaba, con que le iba a costar, jamás hubiese pensando, que no la encontraría en su casa; por eso llamo a Julia. Ella estaba a su lado, en la cafetería favorita de Eva; pero ella estaba callada. Pensativa. Al final, se quedo mirando a un punto fijo, esperando que alguien entrase.


Julia, miro a su acompañante, sabía que este era su momento de ayudar. Pero tenía un mal presentimiento. Y por arte de magia se cumplio. Eva, entró en la cafetería... pero no sola. De reojo, observo a Adam, el tenía el puño cerrado, clavándose las uñas. Era un gesto muy habitual en él. Pero jamás pensó, que no le importaría el hecho, de que un hilillo de sangre le comenzará a brotar.


Xavier, miro a Eva. Ella le había soltado la mano, y ahora tenía el ceño fruncido, y miraba a una mesa, con cierta curiosidad, y un poco de resentimiento... y algo parecido a los celos. Ella se dio la vuelta y salio de la cafetería; la chica rubia de la mesa se levantó y la siguió. Él se quedó inmóvil, que había sucedido.

Entonces, vio al chico levantarse de la mesa. Se acercaba a él. Un chico de ojos azules, le resultó conocido, pero de qué. Aquel chico se quedo quieto enfrente de él.


Adam, golpeó al "acompañante" de Eva. Y a este, se le calló el cigarrillo. Vio como Julia, ya había salido tras ella. Aquel tío se levantó, y le propino un guantazo. Se quedo con la boca abierta.

-¿Y se supone que tú eres Adam?- dijo Xavier.

4 comentarios:

  1. Celos y rabia, mala combinación... y mucho más si no sabes controlarlos, o no Adam?, creo que irse sin hablar una palabra habría sido más efectivo, eso de golpear a los demás fue un acto muy impulsivo, ojalá no le cueste caro...

    de igual manera me capturó la historia :)

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  2. impresionante historia... pero eso de pegar guantazos, a veces eso de dar guantazos es mejor evitarlo, y apartarse de malos rollos... aunque sí a veces tambien es mejor expresar como te sientes.. me encanta como escribes :) un beso.

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  3. Fantástica historia. Impaciente de ver como continua :)

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  4. Puede que lo sea o puede que no. ¿Qué más dará su nombre?

    ¡Beso!

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