
Adam jugaba con una tira de tela. La retorcía, hasta hacerla desaparecer. Y su mente volaba caprichosa, y pensaba en Eva; en el momento, en el que la vio por primera vez. Aquel momento en que sus rostros se tropezaron, y ella extrovertida, no pudo para de reír, mientras su pelo naranja, la hacia parecer aun mas especial. Soltó la tira, dejándola caer juguetona al suelo, pero cogiéndola al final. Recordó aquel primer cine, con los amigos de los dos, para romper un poco la vergüenza, aunque ella de eso no tenia, y más bien, su amiga estaba para controlarla, de su labia. Caprichoso le hizo un lazo, deshaciéndolo, cuando lo veía imperfecto. Se la encontró en la playa, aquel veintidós de julio, el día de su cumpleaños, ella había cumplido diecisiete; y sin poder evitar una sonrisa, recordó TODO lo que paso .Al final lo dejo caer al suelo, cansado de ver que no siempre era suficiente. Y ella se le volvió a aparecer, esta vez, en el hospital, preguntándole que quien era el, y porque estaba ahí. Se levanto de la cama, y se dirigió hacia el armario, y se decidió por una camiseta negra con una frase, simple. Aquella camiseta, era la que mas le gustaba a Eva, era, la que ella recordaba siempre con risas, y le pedía que se la pusiera; aun recordaba, el accidente en el mcdonald con el ketchup. Fue hacia el aseo, y se miro al espejo, aun llegaba la placa con el nombre de ella, que tantas veces ella le había obligado a quitarse, y que el adoraba, por haber sido de ella. Paso la mano con furia por los frascos de colonia y perfumes. Su fragancia se le hacia presente. Se miro la mano, sin hacerle caso, y se puso a gritar y a llorar.
Todo le recordaba demasiado a ella.